La naturaleza de la música
instrumental en el siglo XIX difiere en su esencia de las épocas anteriores, ya
que en el Romanticismo la música instrumental se convierte en el medio preferido
para expresar todo aquello que la palabra no es capaz de transmitir. Para
aquellos compositores que concibieron su música como una huída del mundo real,
como una procuración de la introspección, la ausencia de la palabra aumentó el
valor expresivo del sonido. La supremacía de la música instrumental será una
constante durante todo el Romanticismo. Esto va ligado al interés que tienen
los compositores de enriquecer de un modo expresivo el colorido y las
posibilidades de sus orquestaciones, lo que supone un cambio sensible respecto
a la orquesta clásica.
Pequeñas formas instrumentales:
Música de cámara{ dúos, cuartetos
de cuerda, quintetos de cuerda con piano,…
Marcha, Polonesa, Mazurka, Vals,
Tarantela, Estudios, Nocturnos, Bagatelas, Grandes preludios, Impromptu, Sinfonía
y Concierto, Lied, y como no, la orquesta.
La orquesta: Sinfonía, concierto,
el poema sinfónico… En la orquesta del siglo XIX, Beethoven enriquece el color orquestal
añadiendo trombones, el contrafagot y el flautín. También se introduce el corno
inglés, el Piccolo… además, aparece la tuba en la orquesta, instrumento más
grave de viento metal. Y aumenta la sección de percusión. Los instrumentos
mejoran como por ejemplo el diseño de las trompas con válvulas y de las
trompetas con pistones. Sin ninguna duda el instrumento más importante fue el
piano.
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